**Las sombras en torno a la imponente estatua de Odín, comienzan a emerger de los rincones a los cuales las habían desterrados, convergiendo en un solo punto que se transforma en insondable neblina oscuro. Extraño fenómeno, ciertamente, este que ocurre frente al trono del Señor del Norte y únicamente puede tener como origen a un cosmos sumamente potente.

En efecto, aquella neblina que comienza fundirse en una forma más solida, transmite una considerable energía que sobrepasa por mucho la que puede generar el más dotado de los humanos. Finalmente, parece solidificarse en una figura humanoide, cual negra estatua, cuya única muestra de color son los rojos luceros que brillan a la altura de los ojos. La figura debe antojarsela muy familiar a la memoria divina de aquel avatar

- Saludos, Odín-Ni un sonido es proferido por aquella extraña aparición, sino que las palabras son enviadas mentalmente a aquel rey. El trato, aunque formal, es directo: los títulos son superfluos entre los dioses mayores de igual rango- Así que ya has despertado nuevamente en este mundo. Y te has aliado con la ingenua de Athena en esta Guerra Santa

"He respetado hasta ahora tu reino, absteniendome de ayudar a Poseidón Pero si ahora te vuelves mi adversario, he de descadenar el Ragnarock sobre tus tierras. -**