Grecia, lugar donde se encontraban los protectores de la tierra y de sus habitantes, aquellos que daban sus vidas por la diosa que los protegía con tanto amor, aquella era la Diosa Athena, aquella virgen deidad nacida de la cabeza misma de Zeus, y para protegerla a ella en todas las guerras santas estaban sus caballeros, los mas importantes eran aquellos santos dorados, los mas fuertes entre
Todas las categorías, pero algo extraño pasaba, pues había una mujer de brillante armadura dorada con una mascara que tapaba su rostro (porque toda mujer dentro de aquel luchar tenia que proteger su feminidad detrás de esa fachada en su caso de color dorado) sentada en una piedra algo lejana al coliseo donde entrenaban los aspirantes, sus cabellos largos dorados parecían aun brillar mas que la
Misma armadura que vestía y se balanceaban de un lado al otro por la brisa seca y calurosa de aquel día soleado,

-que calor....

decía mientras " miraba" al cielo, pero cerca de ella se destacaban dos pequeños, por el enorme parecido entre el uno y el otro, ambos tenían la misma edad, la misma contextura física y salvo por el echo de que la atmósfera que los rodeaba era diferente, era muy imposible diferenciarlos. Ambos empujaban enorme rocas sobre una pasarela inclinada de mármol, la envergadura de cada una de ella, era ridículo si era comparada con los pequeños cuerpos de aquellos 2 niños
Pero la rubia al escuchar el sonido de aquellos, se cruzo de piernas desde la altura que le daba estar sentada en aquella roca apoyando su codo en su pierna y con su mano su rostro

-seguro que se aburren, no niños?

Decía la amazona de Cáncer mientras los observaba, los entrenamientos para los aspirantes a armaduras eran duros, mas aun para una mujer, porque el machismo era fuerte en aquel lugar, pero eso hacia a las mujeres mas fuertes aun demostrándoles que hasta la apariencia mas delicada y frágil podría ser mas fuerte que una explosión de galaxias. Ambos niños giraron al verla al oírla


- No, señorita Nixie- Uno de ellos esbozo una autentica sonrisa de alegría,
Mientras que su compañero, se limito a desviar la vista, exclamando un simple
-Jum!- su expresión hosca distaba mucho de la luz q emanaba de la cara de su gemelo


Ella sonreía debajo de aquella mascara, eran increíbles lo tanto que se parecían y al mismo tiempo eran tan opuestos, pero a Nixie le encantaba aquella diferencia, le gustaba mas aquello que los hacia diferentes , que de las cosas en las que eran iguales que llamaban mas la atención al resto, se puso de pie y dando un pequeño salto volvió a sentarse sobre las rocas que ellos empujaban

- tienen que concentrarse mas pequeños....hasta lo mas grande y pesado puede hacerse mas liviano que una pluma , si tienes la fuerza necesaria

Decía con una voz cariñosa y alegre y al mismo tiempo con la firmeza necesaria para que la entendieran, Alexandros asentía mientras intentaba concentrarse y poco a poco elevar más y más su roca, pero en cambio la reacción de Areos fue más drástica

-¡No me digas...-dijo, entre dientes, mientras empezaba a agrietarse la zona donde apoyaba sus manos para empujar- lo q tengo q hacer!-las fisuras comenzaron a extenderse, como las ramas de una vid-¡No me mires...por encima de tu hombro, mujer!-

Y al tiempo que el más gentil completaba su tarea, la roca del segundo simplemente se fracturo en cientos de pedacitos y por aquella ruptura la amazona dorada comenzaba a caer ya que estaba sentada sobre aquella roca, pero mientras caía comenzó a reír de una manera dulce, gentil, inocente...le gustaba en verdad aquellos dos niños, tanto como si fueran sus verdaderos hermanos de sangre. Al caer apoyo un pie sobre el suelo y en un rápido movimiento que fue en un abrir y cerrar de ojos quedo delante de aquellos dos pequeños apoyando sus palmas en sus cabellos y despeinándolos un poco

- Muy bien muy bien! esa es la energía que quiero ver -decía con dulzura - pero tienes que tener cuidado areos , tus manos pueden lastimarse de mas si no concentras bien tu cosmos, no me gustaría que mis pequeños pupilos se lastimen antes de convertirse en grandes caballeros bajo la protección de nuestra señora

-juro que me convertiré en un gran caballero, sensei!-dijo el primero, hinchado de orgullo. En cambio, el aludido solo le dirigió a la mujer una cara en la q la hostilidad estaba patente
- Bien sabes que solo uno obtendrá la armadura...y q el privilegio recae sobre el primogénito


Estas palabras bastaron para trocar la alegría de alexandros en preocupación pero Nixie solo movió la cabeza suavemente de un lado al otro haciendo de esa manera un suave " no" con ella

-no es cierto, aquí nadie privilegios y el que te lo allá dicho esta muy equivocado, en este lugar no importa si sos el primero, el segundo, el quinto o lo que sea, aquí importa el espíritu, la fuerza, la concentración y también...el amor -decía mientras se arrodillaba para quedar a la altura de ambos - para proteger esta tierra, por ejemplo yo soy la tercera de un gran numero de hermanas, pero fui la única que llego aquí y a mis 14 años conseguí mi armadura dorada -ponía la mano en los cabellos de alexandros y los revolvía un poco-

-No eres gemela-insistió terco, pero amargamente Areos- Por eso, el nombre de mi hermano es "protector de los hombres"...y yo "conflicto belico" estoy destinado...-apreto los puños, al mismo tiempo los dientes-a ser solo su sombra!- sus cabellos ondularon sin viento, mientras alexandros veia a su hermano, dudoso o no de tocarlo

-Oni chan...

ella tomo con ambas manos aquel puño apretado con fuerza del pequeño Areos, era entendible su enojo y quizás su frustración de lo que llevaba en su diminuta espalda, ya que hasta su nombre le recordaba aquella diferencia, pero para la dama de cabellos rubios no existía, si de verdad pudieran verla a los ojos lograrían leerlos en estos

-No...-lo decía con una dulzura incomparable, llena de amor y cariño - no hay un destino que nos ate a algo, cada uno lo recorre y lo arma por sus propias fuerzas, nada es predestinado y no tengan dudas que yo como su maestra, los voy a llevar a lo mas alto de la sima a ambos y cuando me convierta en una estrella junto con los demás en el basto cosmos podré sentirme orgullosa de que mis alumnos son hombres poderosos y con un amor hacia la tierra y sus habitantes, porque desde allí siempre los observare -tanto amor había en sus palabras, aquella que siempre había entrenado sola, podía entender aquel " sentimiento" de soledad, pero de ahora en mas ella no dejaría que eso sucediera con ellos, ella confiaba ciegamente en el poder de ambos

-sensei..-dice Alexandros, con los ojos iluminados, sonriendo por las bellas palabras de su maestra - Prometo q la haremos sentir orgullosa! Verdad, hermano?

Pero Areos se limito a girarle la cara

- Tchst, tonterías- dijo, en tono bajo.

Sin embargo, relajo sus puños, y la tensión de su cuerpo y eso le basto a Nixie, sentir el relajamiento de los músculos le dio a entender lo que en verdad decía el corazón de Areos, sonrió detrás de aquella mascara y se incorporo

-de eso no tengo ni la mas mínima duda, yo confió y daría mi vida y cada segundo de ella por ustedes dos ....-dio unos pasos hacia al costado - hay algo que nunca pregunte, que armadura les gustaría tener y porque quieren convertirse en caballeros?

-géminis-respondieron al unísono los gemelos.

De vez en cuando tenían ese momento de sincronía en que se apreciaba que realmente eran gemelos

- Yo quiero proteger a los inocentes! -respondió muy seguro Alexandros
- Quiero tener el poder para cambiar mi destino -respondió secamente areos

-mis niños...-decía con amabilidad y dulzura al escuchar sus palabras la dama dorada - no tengo dudas que llegaran hasta cumplir sus ideales, para mi son ambos como mis pequeños hermanos , dulces, cariñosos y algo revoltosos - dijo para luego reír con alegría

Alexandros precedió a abrazarla y Nixie correspondió aquel gesto de cariño, mientras su hermano se limito a verla a los “ojos”, a ver si decía o no la verdad. Finalmente, se termino encogiendo de hombros

-Si..tal vez eres tan molesta como una hermana mayor

Raras palabras, viniendo de areos y al escucharlas fue así que tubo una idea la femenina , miro hacia un lado y luego hacia el otro pero no había nadie cerca, con su mano izquierda se saco un poco la mascara lo suficiente para que se le pudieran ver solo los labios y de esa manera le dio un beso en la mejilla a cada uno con cariño

- gracias a ambos mis niños, esa es una recompensa -decía algo juguetona moviéndose a poner la mascara

-Ma...Maestra- dijo Alexandros, ruborizado

Mientras su hermano volvió rápidamente la cara, par que no se viera la misma razón

-deja...de hacer...cosas...innecesarias -dijo Areos, tratando de sonar molesto para ocultar su avergonzamiento, aunque su tono vacilaba

-porque es innecesario? demostrarles mis afectos también esta mal? no es algo común de los hermanos? -manteniendo aquel tono juguetón-

-tsk, deberiamos concentrarnos en el entrenamiento y no en estas...cosas-insiste areos, tenaz en no dar su brazo a torcer-

La Amazona dorada no pudo evitar reír nuevamente gustosa de la reacción de aquel menor, le salía del alma reírse así, cada momento comprobaba que el cariño que sentía por ambos era tan inmenso como el mismo mar

-lo que pasa es que sos mas tímido que tu hermano y no lo queres admitir

dijo para seguir riéndose, y Alexandros contagiado de la risa de su maestra también comenzó a reír, Areos claramente no le hacia mucha gracia y se alejo de ellos para seguir con su entrenamiento.