*Amplia y espaciosa, esta gran sala se encuentra decorada con tapices y gruesas vigas de madera talladas con motivos de runas y sagas, pero todas las miradas se dirigen instintivamente hacia la gran puerta de doble hoja que domina la estancia, tras la cual se encuentra el Salón del Trono de Asgard. En la esquina a la izquierda de la puerta hay una extraña mezcla de silla y panoplia con diversas armas y objetos, mientras que en la derecha, sobre un pequeño altar, reposa la God Robe de Alpha, toda vez que no este siendo utilizada por su legítimo dueño *

**El puño derecho se adelantó lentamente, para despues replegarse mientras Ragnar pivotaba sobre su pierna izquierda y ejecutaba un giro con patada de la derecha, a la velocidad de una tortuga. En aquello consistia precisamente aquel entrenamiento, que su maestro le habia enseñado y que él ejecutaba dia tras dia. En forzar los músculos del cuerpo unos contra otros a una dolorosa velocidad antinatural, para reforzarlos de todas las maneras posibles y grabar las maniobras en ellos por completo.
Una vez completada aquella parte del entrenamiento pasó a la siguiente, concentrando por turnos todo su cosmos en cada una de sus extremidades, hasta que los niveles de energia se hacian tan altos que el más insignificante y mínimo error podia acabar desastrosamente con la cohesión de sus propios átomos.

Por fin terminados sus ejercicios Ragnar se aseó y se sento a tomar un merecido descanso en la extraña silla, disfrutando de las vistas que se advertian por los amplios ventanales de la sala y de la gélida brisa que entraba por ellos.
La impetuosa sangre de los antiguos héroes corria por sus venas, y su corazón de guerrero cantaba toda vez que entraba en combate, pero aquellos momentos de paz y tranquilidad, en los que podia entrecerrar los ojos y serenar sus oidos con el trajin de los siervos del castillo y las ocasionales risas de los juegos infantiles eran sin duda alguna sus favoritos...**

**Habiendo detectado su presencia aproximándose, Ragnar se levanto de su silla y caminó hacia el centro de la antesala momentos antes de que la desconocida entrase en la misma, relajado al no notar en ella ni la más mínima hostilidad.

Sin embargo, su suposición de hallarse ante una de las sirvientas del castillo fue pronto desmentida por las palabras y la presencia de la misteriosa mujer, y el guerrero permaneció unos momentos en silencio, considerando su respuesta.

- Muy bien - contestó finalmente, sonriendo a la extraña - Gustosamente os ayudare, señorita, siempre que se encuentre en mi mano y no interfiera con mis deberes -

Ragnar no acostumbraba a confiar en desconocidos de esa manera, pero algo le decía que podía fiarse de aquella mujer misteriosa, aquello mismo que le impulsaba a ayudar al pueblo de Asgard mas allá de su deber de Dios Guerrero

- Mas, ¿seriais tan amable de decirme vuestro nombre? -**

**la muchacha miró al joven y agacho un poco la cabeza ya que se sintió apenada por su falta de educación asi que dijo
-disculpe por no presentarme antes - dijo con tono algo serio pero a la vez amable- mi nombre es shlainn blaze y soy la representante del gran dios odin en la tierra
terminando de decir eso levanto la mirada para ver a los ojos al muchacho, asi que insistio en la petición que habia realizado desde el principio
-como dije antes necesito pedirte un gran favor- **

**El guerrero de Alpha escucho con cortesia las disculpas de la desconocida y su presentación........................!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Ahora bien, un Dios Guerrero NUNCA se queda en estado de shock, y por supuesto JAMAS se ve paralizado por el espanto, asi que podria decirse que Ragnar quedo un poquillo... traspuesto, con la respuesta de la desconocida.

- ¡¡Mi Señora!! - El joven hinco la rodilla en el suelo, cruzó el puño derecho sobre su corazón e inclinó la cabeza con humildad - ¡Se que no tengo derecho, pero os suplico que disculpeis los modales de este ignorante infeliz! ¡¡Cualquier cosa que necesiteis la cumpliré de inmediato!! -

Cierto era que Ragnar no se habia encontrado nunca antes con la Suma Sacerdotisa de Odín, pero eso no quitaba para que no se sintiese enormemente avergonzado por no haber sabido reconocerla y habersse dirigido a ella con tamaña descortesia**

**la joven sacerdotisa al ver y escuchar las disculpas del
joven quedo completamente callada y su mirada era seria, mas sin embargo en su
interior sentía en ese momento una inmensa ternura por aquel caballero que se
había inclinado ante ella, pasaron unos escasos segundos cuando shlainn se
arrodillo para quedar la misma altura del joven lo miro fijamente y con voz
dulce le dijo:-por favor no tienes porque insultarte al contrario soy yo
la que desde el principio no mostró una adecuada educación ya que debí
presentarme desde el momento en que entre, además me he atrevido a interrumpir vuestro descanso
Después le sonrió y prosiguió hablando:-antes de proseguir con mi petición, me gustaría saber el nombre del joven digno de portar la armadura divina de la estrella Alpha –de nueva cuenta le sonrió al muchacho esperando su respuesta**

**El guerrero de Alpha trago saliva y trató de negar con la cabeza, asombrado por la amabilidad de la suma sacerdotisa. ¡¡Disculparse ella a él!! ¡Cuando estaba en su total derecho de requerir sus servicios cuandoquiera que los necesitase y él habiendo cometido él una falta de etiqueta imperdonable!
Así y todo respondió de inmediato a su pregunta, casi mecánicamente.

- Ragnar, Ragnar Schtauffen, mi señora. A vuestro servicio y al de Asgard para mayor gloria de Odín nuestro señor -

Aquellas sinceras palabras ayudaron a calmar su estado de ánimo... y a digerir el hecho de que la suma sacerdotisa de Odín se encontrase arrodillada a su lado de una manera muy inapropiada para su cargo.

- Estoy a vuestras ordenes, mi señora Blaze - el joven levanto la cabeza, devolviendole apenas imperceptiblemente la sonrisa a su interlocutora - ¿Sobre que versa la tarea que deseais encomendarme? -**

**Las palabras de la suma sacerdotisa sorprendieron a Ragnar ¿Que extranjero podria no solo encontrar el secreto reino de Asgard y su clima inmisericorde sino tambien sortear a los guardias del castillo? Pero inmeditamente lo co comprendió. Era obvio que la presencia que habia sentido la sacerdotisa Blaze no era la de una persona corriente, sino la de alguien que, por incrible que sonase, podia llegar a constituir una amenaza para su pueblo.

Y el joven guerrero asintió vehementemente, agradeciendo el aviso y la confianza - Dadlo por sentado, mi señora. Ningún enemigo de Asgard atravesará estas puertas -

No añadio "mientras yo viva", no hacia ninguna falta.**

**la sacerdotisa sonrio al escuchar la respuesta del joven lo miro con cierta ternura y le dijo
-muchas gracias, con vuestro permiso me retiro
despues de eso se levanto hizo una pequeña reverencia y se dispuso a retirarse del lugar
-y por favor, ten mucho cuidado
dijo la joven mirandolo de reojo con un tono amable ya que lo menos que deseaba era que alguno de sus guerreros terminasen heridos y aunque tenia plena confianza de que el joven lograria vencer a ese extraño, no dejaba de preocuparse por su bienestar, asi como de todos los habitantes de las tierras de Asgard**

** De nuevo el joven asintió con incredulidad ante la ambilidad de la suma sacerdotisa !Como si ella tuviese que pedirle a él permiso para algo! y de nuevo contestó mecánicamente, mientras e incorporaba - Por supuesto, mi senora -

Aquellos modales y forma de ser no eran en absoluto los que habia esperado de la portavoz del gran dios Odín en Midgard. Pero, pasada la sorpresa incicial, debia de reconocer que no le disgustaban en absoluto; y su último aviso le conmovio y le hizo responder con una prounda reverencia, cuando aquellas mismas palabras, viniendo de otra presona, tan solo habrian provocado una carcajada - Lo tendré... -

El joven sabia que era el único dios guerrero que residia en el castillo en aquellos momentos pero habia oido rumores de al menos otro (u otra) companero de armas que guardaba el camino hacia el mismo. Aún no habia tenido, para su verguenza, ocasión de comprobar lor rumores pero, si eran ciertos, dudaba sinceramente que cualquier intruso hostil llegase muy lejos.

Así y todo, cumpliendo su deber, Ragnar comenzó a disponer los preparativos con diligencia no bien se retiro la sacerdotisa.
Dio aviso a los guardias del castillo de permitir atravesar las puertas al intruso, toda vez que no se mostrase abiertamente hostil, e indicarle el camino hacia la Antesala al Trono. Mandó un mensaje a las cocinas para qeu se esmerasen en la cena de aquella noche pues, ya fuese la llegada de un amigo o la muerte de un enemigo, sin duda tendrian algo que celebrar. Y por último se preparó él mismo para la posible batalla, se puso su armadura, excepto su yelmo, y se dispuso a esperar con serenidad al valiente o al necio que se adentraba en Asgard sin haber sido invitado**